domingo, 30 de octubre de 2011

Back to the City

Vistas desde mi santuario

Hoy, tras dos meses ha vuelto a casa. He vuelto a caminar por las calles que tantas veces he recorrido, he vuelto a sentir el olor característico de la ciudad en la que vivo, he vuelto a disfrutar del sol entre las ruinas romanas. He reconquistado mi santuario, que aún se acuerda de mí, y le he vuelto a dar vida. He salido al jardín y he vuelto a tocar el piano. Y he sonreído. Llevaba tanto tiempo sin estar allí que la he llegado a echar de menos, algo que pensé que nunca ocurriría.
Y he vuelto a ver tantas caras, tantas sonrisas, tantos abrazos conocidos.
Esto es, el regreso al hogar :)

jueves, 27 de octubre de 2011

Amigos

Llovía. Parecía que todo se iba a derrumbar en su vida, pero no debía llorar. Tenía que ser fuerte.

Bajó del metro y se unió a la cola de gente que esperaba a que la escalera mecánica les sacara de la estación. Siempre que veía esa escena, le recordaba a "The Wall", la película de Pink Floyd, y normalmente prefería las escaleras normales, pero ese día no estaba de humor, no tenía fuerzas ni ánimos.
Entró en clase, y se sentó con desgana cerca de Zeta y Ele. No le apetecía hablar.
Y entonces, Zeta se le acercó y le dio un abrazo gatuno, dulce, hogareño y sintió su calidez como la de una chimenea.
No le apetecía nada, pero Ele consiguió desviar su atención hablando sobre el piso al que querían irse a vivir.
-Estoy con la regla, no me apetece hablar...-dijo ella con desgana.
Su amiga la miró sorprendida
-Pues yo cuando estoy con la regla me animo mucho. ¿Qué vamos a hacer si el día de la limpieza estamos las dos con la regla?-dijo divertida- me imagino a mí (:D) -¡¡Wiiiiii!!, y a tí (:/) -.....
Se rió. Notó como se tensaban los músculos de su cara que creaban una sonrisa mientras le vibraba el diafragma.
Ele siempre lograba hacerla reír por muy triste que se encontrara.
Entró en su habitación. De nuevo sola había vuelto a decaer.
Estaba tumbada sobre su cama cuando recibió una llamada inesperada. Es increíble la capacidad de algunas personas para aparecer justo cuando más las necesitas.
-¿Si?-dijo ella algo más animada pero aún triste- ¿qué querías?
-Hablar contigo, hace mucho que no se nada de ti.
-Realmente sí. ¿Cómo estás?
-Bien, cansado ¿y tú?
-...hoy estoy algo triste...
-Cuéntame
Se lo dijo todo. Lo que sentía, lo que pasaba. Y de repente fue como si le hubieran quitado una enorme roca de encima. Se sintió mucho mejor. Y tras escucharla pacientemente, Eme remató como solía hacer:
-Te quiero, ¿lo sabes?
Ella sonrió. Lo necesitaba, necesitaba que le recordaran que la querían, incluso en la distancia.
-Lo sé, pero a veces se me olvida. Gracias.

martes, 25 de octubre de 2011

La carta

Hoy, un día frío en Madrid, me ha llegado una carta.
Venía en un sobre austero y estaba escrito mi nombre con letra humana y no con máquinas (cosa rara actualmente). He abierto la carta y era un folio lleno de corazoncitos y caritas sonrientes con dos fotos de los muñecos que tengo en la habitación de mi casa.
Ha sido como si me llegara un poco de la calidez de mi hogar y un abrazo dentro de un sobre.
Después de un rato riéndome, ya no puedo quitarme la sonrisa de la cara. Este ha sido mi momento feliz. :)

lunes, 24 de octubre de 2011

Validation

Este corto me recuerda que todos tenemos algún motivo por el cual sonreír y ser feliz. Simplemente hay que buscarlo, pero estar, está ahí.
Puede ser tu padre, tu madre, tu hermano, tu hijo, tu pareja, tus amigos o tu vida misma.
Que no se te olvide sonreír.


sábado, 22 de octubre de 2011

Noche

Shining bright as headlights on the interstate.

Estaba tumbado en la cama mirando hacia el techo sin lograr ver nada. Por la ventana se veía que la noche cubría todo lo demás.
Parecía no estar haciendo nada y sin embargo en el fondo de su cabeza sus pensamientos pasaban a toda velocidad: recuerdos, sueños, aspiraciones, ideas, momentos...
Todo había cambiado en los últimos meses tan rápido...
Ya no tenía una casa a la que llamar hogar, pues ya se sentía parte del universo, y por ello todos los lugares eran sitios hospitalarios para pasar la noche o el día, ya no necesitaba ir con conocidos a cualquier sitio porque todas las personas se habían convertido para él en posibles amigos, caminaba solo, pero no sentía soledad, ya no necesitaba la luz para ver en la oscuridad, pues había aprendido a observar sin usar los ojos...
Nunca había pensado que el mundo sería así, pero se había creado en su ser una adicción a la vida como antes nunca vista. Y, mientras sonreía, cerró los ojos y se unió con su sueño a las estrellas y la paranoia de la noche.
Realmente estaba aprendiendo a vivir.

(Fotografía de Kuitta)

miércoles, 19 de octubre de 2011

Café y Helado

Resguardado de la tarde fría de la ciudad, en el café se respiraba un ambiente dulce.

Estaban sentados, uno frente a otro. Uno de ellos tomaba chocolate puro a la taza y el otro café con mucho azúcar.

J. le clavó sus ojos azules en la mirada de D., y éste al darse cuenta de ello, miró a su compañero.

-Hace tiempo que no sé nada de tí

-Podría decir exactamente lo mismo de tí.-Replicó rápidamente D.

-Mi vida no ha cambiado nada. Todo sigue igual que antes.

-¿Que antes de qué?

-No sé, supongo que de todo.

-¿Qué había antes, pues?

-Lo mismo que ahora

-¿Estás seguro? El tiempo nunca pasa en vano, los cambios se suceden, siempre llega algo...

-¿Y si no?¿Y si no llega nada? ¿Y si mi vida está tan vacía que nada llega y nada se va?

-Eso es físicamente imposible

-Será que yo estoy en contra de las leyes de la física-dijo J., algo apesadumbrado

-Verás, alguien me dijo una vez que la vida es como un río. Siempre puedes bañarte en el mismo lugar, pero las aguas nunca serán las mismas. Cada segundo es eterno, único e irrepetible. Realmente, los cambios sustanciales ocurren pocas veces, pero muchos pequeños cambios pueden llevar a un cambio radical.

J. miró a D.

-¿Te apetece un helado?

Realmente se conocían mejor entre ellos que a si mismos.

Compañeros, camaradas, amigos, adláteres el uno del otro. Una relación de las que duran toda la vida.