jueves, 25 de agosto de 2011

Le miró a los ojos

justo en ese momento, cuando más lo necesitaba, y mientras le decía las palabras que cambiaron su vida, a la cabeza le vinieron recuerdos, recuerdos de su juventud, de los momentos felices que había pasado, con él y con el resto del mundo ¡¡eran tantos!!...
Y recordó sus sueños, sus aspiraciones, su futuro, y sonrió devolviéndole la mirada, y vio que él se mordía la parte derecha de su labio, ese insignificante detalle que le gustaba tanto pero que nunca le había dicho porque le gustaba que él no lo supiera, que lo hiciera cuando realmente llegaba al fondo de su mente.
Sin embargo, lo único que pudo dar a cambio cuando él dijo esas palabras fue una sonrisa, una sonrisa que de ninguna manera podía haber sido otra cosa, un gesto que le vino de lo más profundo de sí, una acción sincera como no las hay, pues una alegría pura le recorrió todo el cuerpo como un escalofrío cuando él movió sus labios.

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