Es curioso, he estado pensando en lo mucho que cambia todo sin que nos demos cuenta, variaciones sustanciales que pasan de forma inadvertida y tan sólo cuando son ya completamente tangibles nos damos cuenta de la diferencia.
Realmente no sabemos lo que tenemos -y lo que queremos- hasta que dejamos de tenerlo -o hasta que lo conseguimos-.
Hay cosas que parece que no están ahí, que apreciamos con todo nuestro ser y que, como podemos disfrutar de ellos todos los días, se nos olvida que realmente son esenciales. Ahora y siempre, pero justo ahora que se acerca la navidad, que va mucho más allá de polvorones y regalos, quered lo que tenéis y celebrad lo que conseguís.
Asaltad a los seres queridos y decidles "¡Qué alegría el conocerte!" regalar la mejor de nuestras sonrisas o un abrazo sincero son regalos incomparables a cualquiera de los objetos que podamos obtener, es ese y no cualquier otro, el verdadero "Espíritu Navideño", el que ayuda si ve que hay gente que necesita que se lo recuerden, querer y sentirse querido.
Hoy me siento feliz por lo que tengo -a quienes tengo, de hecho- y por todos los que espero tener.
Y de paso, dado que es un poquito adelantado para la verdadera navidad,
¡¡Os deseo un Feliz Adviento!! J
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